Conocí a Lorenzo Mattotti al final de los 80. Estuve en Milan atraído por la revista Vanity. Allí se publicaban reportajes de moda en ilustración. Vanity sustituía fotógrafos por ilustradores de primera fila como Mattotti. Lo llamé y me presente en su casa con un book lamentable. Reproducciones fotográficas desastrosas de mi trabajo.
Lorenzo fue generoso como acostumbran a ser los grandes. Me dedicó su tiempo y su atención llamando incluso a la redacción de Vanity para que me concedieran una entrevista. Lo que paso después es otra historia.
El nos tiene acostumbrados a figuras y paisajes de una morfología sensual. Cuerpos que están hechos para abrazarse y que lo hacen con frecuencia. Pero aquí el tema es otro. Desaparecen los colores y aparecen las sombras. El blanco y el negro vibran creando una tensión inquietante. Aquí aparece un Mattotti que desconocía. Renovado, maduro y cargado de energía. Capaz de producir imágenes potentes y bellas. Mattotti nos recuerda que los cuentos populares son con frecuencia historias de terror. Historias fascinantes que hemos desustanciado con pedagogías de dudosa calidad.
Espero que disfrutéis viéndolo trabajar. Ah!... y gracias a Libros del Zorro Rojo por su publicación en nuestro país.
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